
Los anteriores acontecimientos provocaron que el gobierno dominicano se viera en la obligación de crear una Estación Telegráfica Nacional independiente y con entrenamiento propio que permitieron al gobierno establecer líneas telegráficas desde la capital hasta el Occidente de la República, comunicando a la misma con San Cristóbal, Baní, Azua, Barahona, San Juan, Las Matas de Farfán y Bánica, pues las redes telegráficas eran de un elevado significado político por su importancia en la comunicación a distancia y por la alta cantidad de información confidencial que se manejaban por estas redes. Esto provocó que desde el régimen de Heureaux en 1899 se presentarán conflictos, debido a que batallones de hombres opuestos al régimen desconectaban algunos puntos de las redes, interceptaban mensajes y se mantenían al tanto de muchas acciones del gobierno.
Como ven, desde el origen mismo de la comunicación y desde la aparición del telégrafo como primer dispositivo de telecomunicaciones, el espionaje ha sido una realidad a la que hay que combatir con dureza y sin complicidad, pues ha perdurado a través del tiempo en el teléfono, el beeper, los móviles (celulares) y la Internet.